La historia de Ignacio "Nacho" Fernández es un relato inspirador de superación, fe y amor por el fútbol. Desde Alba Argentina de Maciel, este jugador ha demostrado que los sueños pueden hacerse realidad incluso después de enfrentar las adversidades más inimaginables.
De la Tragedia al Renacimiento
En 2020, un accidente automovilístico cambió la vida de Nacho para siempre. Tras una semana en coma, los pronósticos médicos eran desalentadores: la posibilidad de volver a caminar era prácticamente nula. La noticia fue devastadora, especialmente porque acababa de convertirse en padre de Lorenzo.
"Eso me dolió porque tengo un hijo y no iba a poder hacer nada con él", confesó Nacho, recordando ese difícil momento. La rehabilitación se convirtió en una ardua tarea. Primero, una cama ortopédica, luego el sillón de ruedas, y finalmente, un andador y muletas. Cada día era una batalla, pero la determinación de Nacho era inquebrantable.
El Fútbol como Motor de Esperanza
La noticia de no poder volver a jugar al fútbol fue un golpe durísimo. Sin embargo, la visita a un nuevo profesional médico trajo un rayo de esperanza: "Flaco, jugá". Con esta frase resonando en su mente, Nacho se aferró a su pasión y comenzó su camino de regreso a las canchas.
El debut en la reserva fue un momento mágico. Nacho marcó un gol, desatando la emoción de su familia y demostrando que la perseverancia puede vencer cualquier obstáculo. En 2024, jugó la final de la Liga Totorense, y en 2025 se ha consolidado como titular indiscutido en Alba Argentina, el club de sus amores.
"Quedaba en mí, creer en mí, pelearla. Tratar de poder volver a hacer lo que más me gusta, que es jugar al fútbol. Fue duro, fue difícil, pero se puede", afirma Nacho, un ejemplo de que la vida te puede devolver la alegría incluso después de los momentos más oscuros.
- Superación personal
- Amor al fútbol
- Ejemplo de perseverancia