El reciente “salvataje” financiero de Estados Unidos a Argentina, liderado por figuras como Scott Bessent y con la aparente venia de Donald Trump, ha generado controversia y suspicacias. Más allá de la asistencia financiera, la injerencia de funcionarios estadounidenses en la economía argentina plantea interrogantes sobre quiénes son los verdaderos beneficiarios de esta intervención.
Citrone, Bessent y el Triángulo de Poder
Robert Citrone, un nombre poco conocido en la esfera pública, emerge como una figura clave en este entramado. Amigo cercano del ministro de Economía, Luis Caputo, y con una larga relación con Scott Bessent, Citrone y su fondo Discovery Capital, que maneja miles de millones de dólares, estarían obteniendo ganancias significativas especulando en el mercado argentino. Se estima que Discovery Capital gana alrededor de dos millones de dólares por día en Argentina.
La relación entre Citrone, Bessent y otros actores financieros se remonta a décadas atrás, cuando coincidieron en el fondo Quantum de George Soros. Este vínculo revela una red de influencias que conecta Buenos Aires, Washington y Wall Street, donde las decisiones económicas argentinas parecen estar cada vez más influenciadas por intereses externos.
¿Un Rescate con Condiciones?
La intervención de Estados Unidos, disfrazada de “salvataje”, implica una asunción de riesgo financiero por motivos geopolíticos, pero también plantea interrogantes sobre las condiciones impuestas a Argentina. ¿Qué cederá el país a cambio de este apoyo? ¿Quiénes se beneficiarán de la estabilidad del mercado y de la campaña electoral sostenida por la Casa Blanca?
Las declaraciones de Bessent sobre el respaldo del Tesoro estadounidense al peso argentino tienen un impacto mayor que cualquier comunicado oficial. Sin embargo, este apoyo no es gratuito y podría implicar una factura costosa para el país, con una lista de favores que se irán cobrando en el futuro.
¿Entreguismo Económico?
La situación actual sugiere una preocupante delegación de la gestión económica a funcionarios estadounidenses, lo que plantea interrogantes sobre la soberanía económica de Argentina. La estabilidad del mercado y la campaña electoral parecen depender cada vez más de la voluntad de Scott Bessent y Donald Trump, convirtiéndolos en pilares de un gobierno que parece haber renunciado a su propia gestión.
Mientras tanto, las denuncias de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) vinculan indirectamente a Karina Milei y Javier Milei con un esquema de sobornos. Este escándalo, sumado a la dependencia económica de Estados Unidos, plantea serias dudas sobre el futuro del país y la transparencia de las decisiones gubernamentales.