Escalada de Tensión entre EEUU y Venezuela: ¿Guerra contra el Narco o Algo Más?
La relación entre Estados Unidos y Venezuela atraviesa un momento crítico. A pesar de recientes acercamientos, como la renovación de la licencia a Chevron y el intercambio de prisioneros, la tensión ha escalado a niveles alarmantes, incluyendo una demostración de fuerza militar sin precedentes.
El gobierno de Donald Trump, tras un breve periodo de distensión, ha endurecido su postura. El 7 de agosto, la Casa Blanca elevó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura del presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusándolo de liderar el Cartel de los Soles. A esto se suma el despliegue de tres destructores, 4.000 marines, aviones de combate y submarinos en los límites marítimos de Venezuela, en una operación declarada contra el narcotráfico.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que Estados Unidos está decidido a usar “todo su poder” para frenar el tráfico de drogas desde Venezuela, reiterando que la administración Trump no reconoce a Nicolás Maduro como el gobierno legítimo, sino como un narcotraficante y líder fugitivo de un cartel.
El gobierno venezolano, acostumbrado a la retórica beligerante, parece tomarse esta escalada con especial seriedad. El canciller Yvan Gil emitió un comunicado advirtiendo que las amenazas de Estados Unidos “no solo afectan a Venezuela, sino que ponen en peligro la estabilidad de toda la región”.
El despliegue militar incluye submarinos nucleares, aviones de reconocimiento P8 Poseidon, varios destructores y al menos un barco de guerra equipado con misiles. Según fuentes del Departamento de Defensa citadas por CNN, el objetivo principal es “combatir a los carteles del narcotráfico, además de reforzar su presencia con aviones, barcos y lanzamisiles”.
La pregunta que surge es si esta escalada es puramente una operación antinarcóticos o si hay otros intereses en juego. La retórica de la administración Trump, que califica a Maduro como un “líder fugitivo” y un “narcotraficante”, sugiere una postura mucho más agresiva que una simple lucha contra el tráfico de drogas.
Expertos señalan que esta situación podría desestabilizar aún más la región y generar un conflicto de imprevisibles consecuencias.