Día del Arquero en Argentina: Un Homenaje a Amadeo Carrizo

Cada 12 de junio, Argentina celebra el Día del Arquero, una fecha dedicada a honrar a los guardianes de los tres palos, esos futbolistas que, con agilidad y valentía, defienden el arco de su equipo. A diferencia de la conmemoración mundial, que se celebra el 14 de abril, la fecha argentina tiene una razón de ser muy particular: rendir tributo a Amadeo Carrizo, una leyenda del fútbol argentino y un ícono de River Plate.

¿Por qué se celebra el 12 de junio?

El 12 de junio fue elegido como el Día del Arquero en Argentina porque coincide con el nacimiento de Amadeo Carrizo, quien nació en Rufino, provincia de Santa Fe, en 1926. Carrizo, fallecido el 20 de marzo de 2020, no solo fue un arquero excepcional, sino también un revolucionario que transformó la forma de jugar en su posición.

En 2011, el Senado de la Nación oficializó esta fecha como un homenaje a Carrizo, reconociendo su invaluable contribución al fútbol argentino. La iniciativa surgió del senador Jorge Banicevich, quien buscaba destacar la importancia de los arqueros y rendir tributo a una figura emblemática como Amadeo.

Amadeo Carrizo: Un Arquero Revolucionario

Amadeo Carrizo es considerado uno de los futbolistas más influyentes del siglo XX. Su carrera en River Plate fue histórica, donde jugó 546 partidos, incluyendo 25 por la Copa Libertadores. Ganó siete campeonatos argentinos, un torneo nacional y tres copas internacionales. Carrizo no solo se destacó por su habilidad bajo los tres palos, sino también por su innovación y liderazgo en el campo de juego.

Más Allá del Deporte: El Día del Arquero en el Habla Popular

Curiosamente, en el habla cotidiana de Argentina, la expresión “el día del arquero” tiene un significado irónico: se utiliza para referirse a algo que es muy improbable que suceda. Sin embargo, cada 12 de junio, el país se une para celebrar a los arqueros y recordar la figura de Amadeo Carrizo, un verdadero símbolo del fútbol argentino.

El Origen Medieval del Término 'Arquero'

Es interesante notar que el término 'arquero' tiene raíces históricas. En la Edad Media, los arqueros eran los encargados de proteger el cofre real. Trasladado al fútbol, se trazó un paralelismo entre ese guardián de tesoros y el futbolista que defiende la portería. Aunque la denominación pueda parecer paradójica, se ha arraigado profundamente en el lenguaje deportivo argentino.

Compartir artículo