El clásico entre San Lorenzo y Huracán dejó tela para cortar. Más allá del empate, la expulsión de Luciano Giménez a los 26 minutos por un codazo a Ignacio Perruzzi marcó el desarrollo del encuentro. El árbitro Nicolás Ramírez no dudó en mostrar la roja, una decisión que, según el reglamento de la IFAB, se ajusta a la definición de conducta violenta.
Polémica en el Bidegain: ¿Roja Justa?
El codazo de Giménez generó controversia entre los hinchas y analistas deportivos. Mientras algunos consideraron la expulsión como exagerada, otros la justificaron basándose en la intencionalidad del golpe. Lo cierto es que la inferioridad numérica condicionó el planteo de Huracán durante gran parte del partido.
San Lorenzo No Aprovechó la Ventaja
A pesar de jugar con un hombre más, San Lorenzo no logró imponer su juego y convertir la superioridad numérica en goles. El técnico Damián Ayude reconoció la frustración en el vestuario: "A los chicos los noté muy apenados. Pero cada vez van más adelante, tienen mucho corazón. Ojalá que sigan mereciendo triunfos".
Ayude admitió que al equipo le faltó "mover más rápido la pelota de lado a lado para que se cerraran Bisanz y Cabral, y tratar de hacer dos contra uno por afuera". Las variantes introducidas en el segundo tiempo buscaron darle frescura al ataque, pero no fueron suficientes para romper el cerrojo defensivo de Huracán.
Un Clásico con Sabor a Poco
El empate dejó un sabor amargo en ambos equipos. San Lorenzo sintió que perdió dos puntos como local, mientras que Huracán rescató un valioso punto jugando con un hombre menos durante gran parte del encuentro. El clásico dejó más preguntas que respuestas y la sensación de que ambos equipos tienen mucho por mejorar de cara al futuro.
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