¡Alerta Roja en la Península Coreana!
El candidato a jefe de espionaje de Corea del Sur, Lee Jong-seok, lanzó una advertencia que ha encendido las alarmas a nivel global: Estados Unidos, según su criterio, no dudaría en atacar Corea del Norte con armas nucleares si Pyongyang se atreve a lanzar un ataque nuclear contra Corea del Sur.
Durante una tensa audiencia de nominación, Lee fue interrogado sobre si creía que Washington arriesgaría a sus propios ciudadanos interviniendo militarmente, incluso si Corea del Norte desplegara misiles balísticos intercontinentales. Su respuesta fue un rotundo “Sí”.
Esta declaración subraya la seriedad con la que se toma la alianza de seguridad entre Corea del Sur y Estados Unidos. Según Lee, un ataque nuclear norcoreano activaría automáticamente los protocolos de defensa mutua. La doctrina de disuasión extendida, que vincula a ambos países, se mantiene como un pilar fundamental de la estrategia de seguridad regional.
Corea del Norte: Una Amenaza Nuclear Creciente
A pesar de que Corea del Norte ha estado desarrollando su programa nuclear durante años y se cree que posee material fisible para construir armas atómicas, aún no ha probado un misil equipado con dicho armamento. Sin embargo, las recientes pruebas de sistemas de misiles balísticos de corto alcance, que simulaban ataques nucleares contra fuerzas estadounidenses y surcoreanas, han elevado la tensión al máximo.
La nominación de Lee Jong-seok ocurre bajo la administración del nuevo presidente liberal Lee Jae Myung, quien asumió el cargo el 4 de junio. El presidente ha expresado su intención de mantener una política exterior equilibrada y fortalecer las capacidades defensivas de Corea del Sur en un contexto global cada vez más volátil.
- ¿Escalada inevitable? La posibilidad de un ataque preventivo de Estados Unidos.
- El papel de China como mediador en la crisis coreana.
- Consecuencias económicas de una guerra en la Península Coreana.
El mundo observa con preocupación la situación en la Península Coreana, mientras la retórica y las demostraciones de fuerza aumentan el riesgo de un conflicto de consecuencias impredecibles.